En nuestra tierra los atardeceres suelen ser un gran espectáculo, los hay anaranjados, violetas, rojos y cuando se mezclan etalla el color en una paleta indescriptible que se esfuma en segundos y nos deja ese regusto de lo sobrenatural y sin embargo tan cotidiano.
Imaginad que bello momento puede ser un brindis de felicidad contemplando este espectáculo el día de vuestra boda
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